La desfibrilación semiautomática precoz: una herramienta fundamental en la atención a la muerte súbita cardiaca

La muerte súbita cardiaca (parada cardiorrespiratoria o PCR) es un problema de salud de primer orden. En España, fuera de los centros sanitarios, se producen cada año más de 25.000 casos, lo que equivale a una muerte súbita cardiaca cada 20 minutos.

Para que la asistencia a la PCR extrahospitalaria sea realmente eficaz, es decir, para alcanzar la máxima supervivencia y disminuir al máximo el número de secuelas, se requiere una serie de actuaciones secuenciales e integradas; es lo que se conoce como “Cadena de Supervivencia”, que se compone de cuatro eslabones: 1) Alerta del Sistema de Emergencia (061 ó 112) tras reconocimiento de la PCR, 2) Reanimación Cardiopulmonar (RCP) Básica, 3) Desfibrilación precoz y 4) RCP Avanzada.

La actuación adecuada de los testigos de una PCR es fundamental para la supervivencia de la víctima, especialmente si conocen cómo alertar al Sistema de Emergencia y ponen en marcha de inmediato las técnicas de RCP Básica apropiadas. Todo ello hasta que llega el Equipo de Emergencia y éste aporta los otros eslabones de la cadena.

El DESFIBRILADOR EXTERNO SEMIAUTOMÁTICO (DESA) permite que el tercer eslabón de la cadena de supervivencia quede al alcance de cualquier ciudadano. Se trata de un dispositivo electromédico sencillo que es capaz de analizar el ritmo cardiaco y, si es preciso (esto es, en caso de fibrilación ventricular y taquicardia ventricular sin pulso, presentes en un 80 % de las PCR secundarias a infarto y en un 10-20 % de las PCR en niños), aplicar una descarga eléctrica que solucione el trastorno de ritmo cardiaco, que, en caso contrario, acabaría produciendo la muerte en poco tiempo.
El DESA es simple de manejar pues, mediante un programa informático y mediante mensajes de voz y visuales, indica cómo actuar en cada caso, con el plus de seguridad que supone el hecho de que el aparato no permite aplicar la descarga si previamente no ha confirmado que la víctima sufre una arritmia cardiaca que requiere dicha descarga.

La eficacia y seguridad del DESA ha llevado a distintas organizaciones científicas a apoyar su utilización por personal no médico debidamente cualificado. Tal posibilidad es trascendente ya que, en caso de arritmia desfibrilable, el retraso en aplicar una descarga comporta una disminución de la supervivencia de un 10% cada minuto. De ahí la importancia de que exista la posibilidad de disponer de DESAs instalados en lugares públicos que puedan ser usados por ciudadanos entrenados que presencien la situación de emergencia.

El Consejo Español de Resucitación Cardiopulmonar (CERCP), constituido por diferentes entidades preocupadas por la RCP y el Soporte Vital, apoya las manifestaciones expresadas por el Ministro de Sanidad en lo referente a la utilización de los Desfibriladores Externos Semiautomáticos en los dos aspectos que señala:

  1. La necesidad de una normativa legal básica, clara, común para todo el territorio nacional, que recoja los aspectos esenciales de lo regulado en todas las comunidades autónomas, y que se presente al Consejo Interterritorial de Sanidad.
  2. Su ubicación en espacios con grandes concentraciones de personas (campos de fútbol, polideportivos, aeropuertos, estaciones de trenes y autobuses, grandes centros comerciales y otros lugares públicos muy concurridos) así como en otros lugares indicados por los expertos (como pueden ser las áreas de hospitalización de bajo riesgo de PCR.

 

El CERCP entiende que la adopción de estas medidas puede comportar beneficios claros en términos de disminución de la mortalidad por muerte súbita cardiaca